La Educación Secundaria Obligatoria agrupa a alumnos y alumnas de 12 a 16 años. Este grupo de alumnos/as está inmerso en una serie de cambios profundos que afectan de forma decisiva a su desarrollo global como persona.
En estas edades, los jóvenes están experimentando notables transformaciones físicas y fisiológicas. Además, su pensamiento comienza a ampliarse y sus razonamientos son más elaborados. Por otra parte, atraviesan un momento decisivo en la búsqueda de su propia identidad frente a los demás. Sus modelos de referencia están cambiando y comienzan a tomar decisiones sobre sus formas de comportamiento, más allá del entorno familiar. Se sienten miembros de una cultura adolescente, con una moda, unos hábitos propios y con unas inquietudes, a veces, distintas a las de sus propias familias.
En su camino a la vida adulta, necesitan autonomía para afianzarse como personas independientes, pero aún dependen mucho de los adultos.
La ESO pretende aportar los elementos educativos de orden cognitivo, afectivo, social, moral y religioso, que permitan a los adolescentes desarrollarse de forma equilibrada e incorporarse a la sociedad con autonomía y responsabilidad, como “buenos cristianos y honrados ciudadanos”, según nos enseñó nuestro fundador, Don Bosco.